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Conexión: el secreto de los padres para mejorar el comportamiento de los hijos.


Sé que en muchas ocasiones los niños nos desesperan y perdemos la cabeza, soy mamá y lo he vivido, sin embargo, aprender a ver a nuestros hijos como seres humanos en proceso de aprendizaje, nos ayuda para volver a nuestro centro, ser pacientes con ellos y aprender a satisfacer las necesidades insatisfechas que están escondidas debajo de su conducta, en lugar de reaccionar impulsivamente a ella.



También sé que de la teoría a la práctica hay un trecho y cuando estamos cansados, preocupados o estresados, es mucho fácil perder los estribos diciendo o haciendo cosas de la que luego nos arrepentimos.... Frases del tipo "¡apúrate!", "¡ya vístete!", “siempre lo mismo contigo”, “¿eres sordo o cuántas veces te lo tengo que repetir?, “mira tu hermano, ¿por qué no eres como él?”, lejos de ayudarnos a conectar con nuestros hijos y de ver la verdadera raíz del problema, nos enredan más y más en un ciclo de poder entre padres e hijos que nunca termina.. ¿Lo has notado? Algo que se me hizo muy esclarecedor cuando lo leí por primera vez en el libro de Disciplina Positiva (y que me cambió el chip) es pensar en esto: Si en un ciclo de poder entre padres e hijos, los padres luchan por ganar siempre, ¿quiénes son los perdedores? Sí, así es, los niños o adolescentes. Estoy casi 100% segura de que ningún padre quiere hacer sentir así a su hijo. Todo padre desea educar y enseñar a su hijo a ser una buena persona y hacer las cosas correctas, pero es necesario cuestionarnos cómo lo estamos haciendo, por eso es importante tratar de salirnos de esos ciclos viciosos y reemplazarlas por acciones y herramientas más efectivas y respetuosas para educar a nuestros hijos.


Es importarte darnos cuenta que si bien esas frases detienen las conductas, no las cambian ni tampoco enseñan habilidades para la vida. Es un resultado a corto plazo con un coste emocional alto tanto para niños como para adultos. Los métodos punitivos, tienen efecto deteniendo la conducta en el momento, pero no porque los niños o jóvenes hayan reflexionado sobre lo inadecuado de sus comportamientos, sino por miedo a los castigos o represalias de sus padres o cuidadores.


Otro concepto lógico (pero que no había tenido en cuenta hasta que lo leí), es no perder de vista que los niños y adolescentes no comprenden ni ven el mundo como los adultos. Los niños tienen una naturaleza curiosa y exploradora y de ahí vienen muchos de sus comportamientos impulsivos. Ellos -hasta que los adultos les enseñan-, no saben de normas de convivencia, reglas, peligros, etc., y los adolescentes están viviendo en un mundo hormonal que los impacta a nivel físico, psíquico y emocional; su realidad e intereses son diferentes a los nuestros.


Comprender el mundo de los niños y adolescentes, resulta vital para poder conectarnos con ellos con mayor autenticidad. Cuando logramos conexiones y lazos fuertes entre las personas, nuestro comportamiento (el de grandes y chicos) es más cooperativo y menos retador porque nos sentimos amados, valorados, comprendidos y tomados en cuenta.


A continuación, te comparto tres herramientas que te ayudarán a conectar con tu hijos de una manera natural y profunda.


Dedica tiempo para estar con tus hijos: A veces "estamos sin estar", ya sabes, solo estamos presentes pero en "modo planta". Cuando digo "pasar tiempo con los hijos", me refiero a estar de verdad en tiempo presente, disfrutando el estar con ellos, hablando con ellos, jugando con ellos. No importa tanto la cantidad del tiempo como la calidad. Si de verdad te mantienen presente, ellos sentirán tu interés y tu amor por ellos.


Demuestra afecto y cariño: He notado que por las prisas, preocupaciones, la vida misma, en muchas ocasiones dejamos pasar de largo la oportunidad de sorprender a nuestros hijos pequeños o adolescentes con un abrazo, una caricia en sus caritas o cabecitas, una sonrisa, un contacto visual... Para generar mayor conciencia sobre el impacto que tienen estas pequeñas/grandes demostraciones de afecto sobre los hijos, te invito hacer un viaje a tu propia infancia y pensar cómo te sentías cuando las personas que te cuidaron te decían que te amaban o te lo demostraban de otras maneras.


Usa la motivación y el aliento: Ayudar a los hijos a darse cuenta cuan capaces son, resulta ser de los regalos más lindos de ser padres! Se trata de motivarlos a realizar cosas por sí mismos dejando de lado las expectativas y la perfección y aplaudiendo su esfuerzo más allá del resultado para que ellos puedan experimentar su poder personal y su sensación de esfuerzo y logro. El tiempo y la práctica, ya hará el resto.


Espero que estos sencillos consejos al alcance de todo padre y cuidador te sean útiles para conectar con tus pequeños grandes humanos y con las personas que amas.










Por Carla Herrera Entrenadora en Disciplina Positiva Directora de Pequeño Gran Humano

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