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Diez maravillosas técnicas para fomentar el autocontrol en los niños.


Una pregunta que he escuchado de forma reiterada en este hermoso camino de la crianza respetuosa ha sido: Carla, ¿cómo hacemos para ayudar a nuestros hijos a calmarse cuando ya están descontrolados? Yo siempre digo lo mismo “Antes de intentar calmar a tu hijo, debes aprender a calmarte tú mismo” Esto lo aprendí en un entrenamiento de Disciplina Positiva a través de una actividad que llamada “El cerebro en la palma de la mano”, en el cual el Dr. Daniel Siegel, creador de la actividad, nos explica cómo nuestras neuronas espejo copian e imitan el comportamiento y los sentimientos de las personas que tenemos alrededor, de aquí la importancia de aprender primero cómo autorregularnos para posteriormente enseñar a nuestros hijos a hacerlo a través de nuestro propio ejemplo.


Déjame decirte que una vez que entendí que todo partía de mí, mi percepción de la crianza cambió ampliamente, así que empecé a trabajar para aprender cómo controlar y regular mis propias emociones, y una de las herramientas revelación que descubrí es pensar que cuando mi hija hace un berrinche no lo hace para fastidiarme, sino porque realmente no sabe qué otra cosa hacer para sacar su frustración y que yo como su mamá y guía soy esa herramienta de autorregulación que su cerebrito inmaduro no ha aprendido a activar. Claro que esto me funciona cuando mi propio nivel de estrés no está por las nubes, lo cual me invita a darme cuenta cuan importante es aterrizarme en el aquí y en el ahora.


Otra gran pero sencilla herramienta de autorregulación que aprendí es el uso la respiración para calmarme. Nada nuevo pero, como sábes, la respiración es un recurso muy poderoso y poco usado que trae beneficios inmediatos sobre las emociones. ¡Te invito a comprobarlo!


Ahora que te he compartido mis dos grandes secretos de autorregulación personal, paso a compartirte algunas maravillosas herramientas que adicionalmente te ayudarán a guiar los estallidos emocionales de tus pequeños grandes humanos mientras que con tu ayuda y el tiempo aprenden a calmarse solitos.

  • Empatizar con la emoción: Estás muy enojado y alguien te dice lo siguiente: “No te enojes, ¡no es para tanto! Hay cosas peores, ¿no crees?” ¿Cómo te sentiste y qué pensaste? Ahora, sigues estando muy enojado y alguien te dice lo siguiente: “Entiendo que lo que te pasó te cause tanto enojo.. Estoy aquí si es que quieres hablar de eso” ¿Cómo te sentiste y qué pensaste? Empatizar con las emociones de los demás en lugar de juzgarlas, es abrir una puerta a la comunicación y a la búsqueda de soluciones.

  • Rueda de opciones para el control del ira: Es una herramienta de Disciplina Positiva que consiste en crear junto a tu hijo/a una rueda con opciones de cosas que él/ella puede hacer para calmarse cuando se sienta enojado/a o frustrado/a. En esta rueda dividida en forma pizza o pastel, se dibuja o pega una imagen de las opciones que el niño/a haya mencionado previamente en una lluvia de ideas, como por ejemplo: tomarse unos minutos a solas, pedir que lo escuchen, saltar, dibujar, contar hasta diez, etc.

  • Tiempo fuera positivo: Otra herramienta de Disciplina Positiva. Consiste en crear conjuntamente con el niño/a un lugar especial dentro de la casa o el aula al cual pueda recurrir para calmarse cuando se sienta enojado/a. Este lugar de calma estará decorado por el propio niño/a y contendrá aquellas cosas escogidas por él/ella mismo/a que lo/la ayude a calmarse, como por ejemplo: libros, música, juguetes, hojas y colores para dibujar, una pizarra, peluches, plastilina, etc.

  • Tocar agua o arena: Esta herramienta holística asegura que muchos niños más sensoriales se calman al estar en contacto con elementos de la naturaleza. Si tu hijo/a es uno de estos peques, cada vez que observes que está por “destaparse” puedes recordarle lo rico que se siente tocar agua o arena. Una frase para invitarlo/a podría ser “te gustaría que juguemos juntos con agua o tu tarro de arena o prefieres hacerlo solito/a”

  • Escuchar mantras: Seguro alguna vez has oído la frase "la música calma a las fieras". Esto hace referencia al poder tranquilizador que la música ejerce sobre la mente de las personas al activar ciertas áreas del cerebro que nos brindan calma, así que si tu niño/a es musical, puedes tener a la mano un compilado de mantras para poner en la casa o el aula si lo/la observas tenso/a o estresado/a.

  • Soplar burbujas: Está técnica es para lograr la calma a través del control de la respiración. Consiste en imaginar que se hacen burbujas, para lo cual es necesario controlar la respiración soplando suavemente para que las burbujas se formen. El adulto puede acompañar al niño/a respirando calmadamente con él/ella para demostrarle cómo se hace. Otra variante, es soplar burbujas en un vaso con agua con la ayuda de un popote o sorbito. Si gustas, puedes agregar colorante natural para teñir el agua de colores y hacer esta técnica más atractiva para tu hijo/a.

  • Meditación del globo: Aquí enseñas al niño/a a sentir su abdomen como un gran globo que se infla y desinfla al respirar. En cada inhalación su pancita se inflará y en cada exhalación se desinflará. Esta consciencia corporal aunada a la respiración le proporcionará la calma mental que necesita.

  • Ofrecer un abrazo: El amor y el contacto físico producen oxitocina, una hormona que regula el estrés, así que si tu hijo/a te lo permite, puedes ofrecerle un contenedor abrazo cuando se sienta fuera de sí, pero es importante mencionarte que para que esta técnica sea efectiva, tú debes estar tranquilo/a, para poder contagiar esa emoción al niño y no al revés, es decir, que él/ella te contagie a ti su estrés.

  • Fabricar una bolita antiestrés: Para hacerla necesitas un globo grueso (o tratar de meter uno dentro de otro) y rellenarlo con alpiste o arroz, hacerle un nudo en la punta y ¡listo! Ya haz construido una bolita antiestrés para tu hijo/a. Para que sea más divertida y atractiva, si gustas puedes decirle a tu peque que le dibuje diferentes caritas con un plumón indeleble.

  • Tú, la herramienta más poderosa para enseñar sobre emociones: Recuerda que el cerebro de tu hijo/a está en desarrollo y que mientras termina de formarse, tú eres ese moderador emocional que él necesita para aprender a regular su mundo de emociones, por tanto, siéntete privilegiado de saber que lo que tú haces es un factor crucial en su vida y crecimiento.

Espero que todos estos tips y herramientas que te comparto te sean de útiles y puedas compartirlas a su vez con muchas más personas.










Por Carla Herrera Entrenadora en Disciplina Positiva Directora de Pequeño Gran Humano



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